Cómo hacer una buena salsa de tomate. Receta de tomate frito casero


La salsa de tomate o tomate frito es probablemente una de las salsas básicas más conocidas en buena parte del mundo. Utilizada en infinidad de recetas, en algunas incluso como protagonista indiscutible, es muy fácil de hacer y su resultado (sobre todo si sigues una serie de sencillos consejos) nunca decepciona.




Pero ¿Cómo se hace una buena salsa de tomate? ¿Qué ingredientes debe llevar? o ¿Cuánto tiempo debo cocinarla? Puede que sean algunas de las preguntas que ahora mismo estés haciéndote si es la primera vez que te dispones a sacarle todo el jugo a unos tomates.
En este post intentaré ayudarte a despejar dudas y convencerte de que hacer tomate todas las semanas (y conservarlo en la nevera para tenerlo a mano siempre que lo necesites) es una interesante opción.

Para preparar una buena salsa de tomate básica tan solo necesitarás; 1 kg de tomates maduros (si son variedad pera mejor que mejor) o un bote o lata grande de tomate natural en conserva (que sea de buena calidad, de una marca de tu total confianza, eso sí), 1 cebolla, 2 dientes de ajo, 3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra, una pizca de sal y si la acidez de los tomates es elevada una pizca de azúcar para equilibrar el sabor.
Elaboración: Lava y trocea los tomate, hay quien los ralla para eliminar ya desde el inicio la piel, reserva en un cuenco. Pon un chorro generoso de aceite de oliva en una olla o sartén alta (mejor si solo la utilizas para este menester), calienta y añade la cebolla en juliana y el ajo laminado, sofríe hasta que comiencen a tomar color. Incorpora el tomate (y todos los jugos que haya soltado en el cuenco), continua sofriendo, añade la sal, comprueba si necesitas añadir una pizca de azúcar para equilibrar la acidez.
Cocina a fuego suave y destapado durante al menos 45 minutos, puede que te parezca demasiado tiempo pero de verdad que merece la pena el esfuerzo.
A partir de los 30 ó 35 minutos comenzarás a ver como el tomate cambia de color, debido a la caramelización de los azúcares naturales que contiene. Como va espesando al evaporarse la mayor parte del líquido de vegetación. Y como su olor comienza a cambiar pasando de "crudo" a un irresistible aroma que invita a ir cociendo pasta para prepararse un buen plato de espagueti.




Añade sabor sumando laurel, orégano o albahaca a la lista de ingredientes de tu salsa de tomate.
El laurel funciona genial si vas a usar este tomate frito en platos de pescado o marisco, y el orégano y la albahaca son imprescindibles si lo que quieres es prepararte un auténtico plato de pasta italiana.
El pimiento verde o rojo tampoco sienta nada mal a esta salsa, mucha gente lo añade. Te recomiendo hacerlo si vas a preparar un plato de verduras o pollo.
Agrega zanahoria en lugar de azúcar si prefieres corregir la acidez natural de los tomates de una manera más "natural".
Además, puedes añadir pimienta negra o incluso una pizca de cayena si te apetece "alegrar" la receta.
Elige el comino si tu salsa va destina a un plato de cocina mejicana, y no temas añadirle también cilantro fresco picado finamente para dar un toque de sabor y frescor ¡Queda delicioso!


¿Cómo lo conservo?
Ponlo en un bote o Tupper con tapa y guárdalo en el frigorífico, aguantará sin problema al menos 3 días.

¿Puedo congelar el tomate?
¡Claro que puedes! Es más, debes hacerlo para tener siempre salsa de tomate casera a mano.
Te aconsejo hacer porciones, en pequeños tupper o bolsas de congelado, para después tener listas las raciones que necesites.
Cuando lo vayas a usar, si es con tiempo sácalo del congelador y déjalo en el frigorífico hasta que se descongele, si por el contrario tienes prisa, mételo directamente al microondas y programa la función descongelado.


En definitiva, pierde el miedo a hacer tomate frito casero, es una sana opción que prácticamente se cocina sola.


¡Espero que te guste!

Fuente de la receta: propia.


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