Salsa de tomate (básica)

Durante mucho tiempo era incapaz de dar con el punto de una salsa tan sencilla como esta, no lograba ni de lejos que me gustase la que yo preparaba y sin embargo cuando probaba la que hacían otros me parecía que estaba buenísima.
¿Cuál era mi error?, pues muy fácil, me empeñaba en añadir ingredientes como el pimiento verde o el pimentón que para mi gusto (por supuesto es mi opinión y puede que no la compartáis) no hacen otra cosa que enmascarar el verdadero sabor que tiene que tener una buena salsa de tomate.

Desde que decidí que mi salsa de tomate solo llevaría tomate y cebolla, acompañados de un buen aceite de oliva virgen extra, soy un poquito más feliz.


INGREDIENTES

· 1 kg de tomates maduros
· 2 cebollas
· Aceite de oliva virgen extra
· Sal y azúcar (una pizca de cada)

ELABORACIÓN

1. Lavamos y partimos el tomate, eliminando el pedúnculo y la parte fea de la base. Reservamos en un bowl. Es recomendable que les pelemos y eliminemos las semillas, el resultado mejora notablemente.

2. Pelamos, picamos la cebolla y la ponemos a pochar en una sartén con un chorro generoso de aceite de oliva y una pizca de sal.

3. Cuando la cebolla va tomando color es el momento de incorporar el tomate.

4. Echamos una pizca de azúcar para corregir la acidez y movemos, dejamos cocinar a fuego suave durante unos 30 minutos aproximadamente, lo cierto es que nunca mido el tiempo, se ve perfectamente cuando está listo. Lo que si os digo es que no tengáis prisa, es una salsa muy agradecida y si la tratáis con mimo será deliciosa.
Comprobamos el punto de sal.

5. Pasamos por el pasa puré (me gusta mucho más que con la batidora pero eso lo dejo a vuestra elección) y si queremos una salsa mucho más fina lo pasamos por el chino, yo lo dejo tal cual.

6. Y ya está listo para consumir en el momento o para congelar en Tupper pequeños o bolsas de congelación*  e ir sacando a medida que necesitemos.
También podéis embotarlo, pero eso ya es otra historia, yo no se hacerlo pero hay un millón de tutoriales circulando por la red en los que explican el proceso perfectamente.


* las bolsas de congelación resultan una opción muy cómoda a la hora de congelarlo porque ocupan menos, a veces uso las bolsas más pequeñas para bocadillos, las que traen un "alambre" para cerrarlas como el pan de molde.


¡ESPERO QUE OS GUSTE!


Fuente de la receta: propia.