El brownie que quería ser coulant. Receta de pastel de nueces y chocolate
Un postre de chocolate y nueces, oiga ¿Quién da más?
El brownie probablemente sea el error más delicioso de la historia de la humanidad, la excusa perfecta para pecar, un bizcocho o tarta americano que se suele tomar acompañado de helado de vainilla y salsa de (más) chocolate. Una combinación imbatible que nunca empalaga y que siempre triunfa.
Pero de lo que hoy hablamos es de un error doble, vamos a sumar el mío —ahora paso a describirlo con detalle— al que allá por 1897 cometió aquel cocinero americano.
Resulta que por un error de cálculo en el tiempo de horneado, lo que pretendía ser un brownie tradicional se convirtió ante mis horrorizados ojos frente a un grupo de amigos invitados, en un simpático coulant rectangular y plano. Sin querer acababa de propiciar en mi cocina una nueva mutación en este bizcocho de chocolate, había creado un pastel con una crujiente y agradable corteza pero un interior jugoso y al borde de la catástrofe, muy rico, pero al borde de la catástrofe al fin y al cabo.
El pobrecillo 'brownie' al parecer nació maldito, no dejamos de atentar tanto contra su fórmula como contra su proceso de cocinado jajajaja.
No os contaría todo esto si al probarlo no hubiésemos llegado a la conclusión de que el error perpetrado era perdonable e incluso beneficioso, ya que el resultado —servido con el helado de vainilla pertinente— era una digna salida para tomar a cucharadas, eso sí, para todos aquellos que no hemos nacido con el don de la repostería.
INGREDIENTES
· 350 g de azúcar
· 300 g de mantequilla
· 400 g de chocolate negro especial postres
· 5 huevos
· 1 cucharada de extracto de vainilla
· 1 pizca de sal
· 150 g de harina de trigo
· 180 g de nueces (el peso se refiere a ellas ya peladas)
ELABORACIÓN
1. Pon la mantequilla en un cuenco apto para microondas y derrite.
2. Haz lo mismo con el chocolate, pero eso sí, en intervalos cortos de tiempo —de unos 30 segundos como máximo— para evitar que se queme.
3. Mezcla la mantequilla con el chocolate hasta que ambos ingredientes queden completamente integrados. Añade el extracto de vainilla y mezcla de nuevo. Reserva unos minutos para que la mezcla se enfríe antes de continuar con el siguiente paso.
4. Incorpora el azúcar y mezcla hasta conseguir que quede una mezcla homogénea.
5. Añade los huevos (primero tres, mezcla enérgicamente con unas varillas e incorpora los otros dos) y la sal.
6. Finaliza añadiendo la harina tamizada y las nueces troceadas (reservando un puñado de ellas enteras para repartir por toda la superficie justo antes de llevarlo al horno)
7. Elige una bandeja de unos 25x20 cm (la mía es de 25x18cm exactamente) y fórrala de papel para hornear.
8. Vierte la mezcla de brownie, da unos golpecitos para que se asiente y coloca las mitades de nuez. Yo lo hice intentando marcar porciones imaginarias que más tarde delimitaran por dónde debíamos cortar.
9. Lleva al horno, que habrás precalentado sin aire, arriba y abajo a una temperatura de entre 170º y 180º, durante unos 40 minutos. Yo lo horneé a 170 º y en inicio programé 35 minutos pero me pareció poco tiempo (menos mal...) y añadí otros 5 minutos más.
10. Saca del horno, deja reposar y disfruta de este cremoso, intenso y fantástico doble error pero que a estas alturas ya es intencionado.
-Consejos-
Si lo guardas en un Tupper hermético dentro de la nevera aguantará perfectamente varios días, pero no solo eso, es que el paso del tiempo le sienta de maravilla a este brownie con ínfulas de coulant con corazón fundente.
¡Espero que te guste!
Fuente de la receta: propia
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