La clave de esta receta reside en su sencillez, en ese punto 'menos es más' que nos acerca a detalles tan importantes —y que a veces se pasan por alto— como son el aroma y el sabor de un plato y nos aleja —afortunadamente— de artificios y parafernalias claramente prescindibles.
Un aperitivo con mayúsculas, que siempre apetece repetir, que nunca te dejará mal (siempre que antes te hayas preocupado de elegir la mejor materia prima) y que con una copa de Albariño en la mano se puede convertir en un sano ritual durante tus reuniones con amigos.
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INGREDIENTES
· 500 gr de berberechos frescos y de calidad
· 1 copa de vino blanco (mejor si es el mismo con el que vayas a comer, yo usé Albariño)
· 1 hoja pequeña de laurel (opcional)
Utilizar unos berberechos de calidad —como los de 'Fresco y del Mar'— evita desagradables sorpresas en forma de arena y asegura un inolvidable sabor a mar en cada bocado. Una experiencia magnífica, vamos.
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ELABORACIÓN
1. Como medida de precaución —por si trajeran algo de arena— puedes poner los berberechos en un cuenco grande con abundante agua fría y un buen puñado de sal gruesa durante unos 30 minutos, esto ayudará a que eliminen posibles impurezas. Yo no lo hice y me quedaron perfectos, todo hay que decirlo.
2. Pon los berberechos en una olla, añade la copa de vino y la hoja de laurel, tapa y lleva a fuego fuerte —sin destapar— para que se abran. Si la tapa es de cristal será estupendo para que puedas controlar si se van abriendo y cuando están listos para retirarlos del fuego, en unos 4 minutos deberían estar listos.
3. Retira del fuego —es importante que no los cocines más tiempo de lo estrictamente necesario o perderán toda su gracia y sería una pena—, sirve inmediatamente y disfruta.
¡Espero que te guste!
Fuente de la receta: propia
1 comentario:
Me chiflan los berberachos, madre mía que ricos me comería medio kilo no el kilo entero jaja,besos
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