Una de recuerdos helados
¿Cuántas veces hemos suplicado, verano tras verano, por un helado a nuestros padres?
¿Cuántas veces nos hemos plantado delante del kiosko del heladero con perpetuas dudas sobre qué elegir o hemos inclinado nuestra pequeña cabecita hacia arriba y estirado los brazos todo lo éramos capaces para pagar religiosamente las 25 ptas que costaba nuestro (¡Ya por fin!) elegido dulce premio al conductor/heladero de la furgoneta de los helados?
¿Cuántas veces?
Allá por el 84, esta que escribe tenía 7 años y cuando ha visto este cartel-joya ha sufrido un intenso flashback mezcla emoción y melancolía ¡Novedades del 84! ¡Oh, Dios mío!
Cuando me hinchaba a Frigo dedos por 35 ptas o triunfaba (propina de abuelita mediante) con un Negrito de 70 pesetas ¡Qué recuerdos!
Ahora, ya madre (joven, pero madre...jajaja) veo que el tiempo pasa y lo cambia todo. Mi hijo tiene muy claro qué helado elegir (porque los niños de hoy en día parece que gastan una claridad meridiana que ya hubiéramos querido nosotros) y no necesita ponerse de puntillas para pagar al conductor/heladero (mira, el Sr. sigue siendo casi el mismo que en el 84 jajajaja) porque esta generación ha crecido y mejorado la media de estatura de este país (afortunadamente).
Ahora nos cortamos, nos apetecen los helados pero hay reconocer que nos cortamos.
Unos por nuestra eterna lucha con los kilos, otros porque parece que es cosa niños. En definitiva, nos cortamos. Hay que reconocerlo.
Pero ¿Los niños? Los niños continúan reclamando su helado, esgrimiendo un "me lo prometiste", un "me ha dicho la abuela que para que me compre un helado" o simplemente (y se quedan tan anchos) un "me apetece".
Para ellos, en casa, podemos (y creo que debemos, porque resulta francamente divertido y reconfortante) elaborar helados y sorbetes de frutas. Es fácil y existen montones de buenas recetas que nunca defraudan. Con heladera o sin ella (no es imprescindible) animaos a probar porque merece la pena.
¿Y en la calle? Frigo nos lo lleva poniendo tanto tiempo fácil, que bajo mi punto de vista no hay duda.
Placer y diversión helada desde 1927. Yo lo tengo claro.
¿Por qué les elijo? Por su compromiso con la salud de nuestros niños.
- Sus helados infantiles contienen un máximo de 110 Kcal por ración.
Fundamental este dato, rúbrica del compromiso de Frigo contra la obesidad infantil. Una lucha que no debemos olvidar jamás, que nuestros hijos no paguen nuestros errores.
- 3 gr de grasas saturadas por ración.
- 20 gr de azúcares añadidos por 100 gr.
- Sabores 100% naturales, obtenidos de zumos, fruta o aromas naturales.
Nada de tropecientosmil colorantes y saborizantes artificiales, de esos que cuando comienzas a leer la lista de ingredientes hacen que te tiemblen hasta las rodillas. En Frigo los helados destacan por su contenido en frutas:
· Calippo de fresa, un 15% de zumo de fresa.
· Calippo de lima-limón un 10% de zumo de limón.
· Super Twister un 11% de zumo de frutas (limón, naranja y fresa)
- Helados aptos para celiacos (como los Koloriki y Music tornado, entre otros).
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2 comentarios:
Que de recuerdos me trae ese cartel jejeje, directamente me transporto a mi infancia hay quien volviera a tener 7 años. besos.
Yo sigo comiendo frigopies a mis casi cuarenta, y no me plantea ningún problema, son un revival adorable y bastante aceptable en cuanto a nutrición...
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