Tomate relleno de ventresca de bonito del norte sobre salmorejo improvisado. Receta fácil y resultona


Si tienes una cena y quieres deslumbrar, si tienes ganas de innovar para huir de la rutina entre fogones o si simplemente ha llamado tu atención la forma de preparar un tomate al ver la imagen, te recomiendo esta facilísima receta porque te aseguro que no te va a defraudar y la tendrás lista en un pispás.





INGREDIENTES

· 1 tomate de ensalada
· 1 lata de ventresca de bonito del norte 
· 1 huevo cocido
· Mayonesa
· Ketchup
· Unas gotitas de Tabasco®
· Unas gotas de Salsa Perrins®
· Una pizca de sal
· Una pizca de pimienta negra
· Anchoas de Santoña (opcional pero absolutamente recomendable)

-Para el salmorejo improvisado:
· 1 tomate (que sea bien maduro y grande)
· 1 diente de ajo
· Aceite de oliva virgen extra
· Un poquito de vinagre de Jerez (opcional)
· Sal



ELABORACIÓN


1. En primer lugar necesitamos pelar el tomate y para ello podemos optar entre dos técnicas: retirar la piel con la ayuda de un pelador de este tipo o practicar una ligera incisión en forma de cruz en la base del tomate y pelarlo después de escaldarlo. Tan solo tendrás que sumergirlo unos 15-20 segundos en un cazo con agua hirviendo e inmediatamente meterlo en agua bien fría con hielo para que el contraste de temperatura nos ayude a retirar la piel sin problema.

2. Una vez pelado retira el pedúnculo ayudándote de un pequeño y afilado cuchillo o puntilla. Corta la parte superior de forma circular y vacía el tomate con mucho cuidado de no romperlo, lo harás fácilmente si usas un 'sacabolas' o 'parisien' (si no lo tienes no te preocupes, puedes hacerlo también con una cuchara y un poquito más de mimo y paciencia). Cuando lo hayas vaciado, salpimenta el interior del tomate y pon con la abertura hacia abajo sobre una rejilla para que escurra el exceso de agua de vegetación durante unos minutos.

3. Mezcla la ventresca de bonito (habrás retirado el aceite de la lata) con el huevo cocido y rallado, un poquito de mayonesa y ketchup al gusto. Añade unas gotas de Tabasco y Salsa Perrins, mezcla de nuevo con un tenedor, pon en un recipiente con tapa y reserva en la nevera hasta que lo necesitemos.

4. Prepara el salmorejo improvisado, es muy sencillo, tan solo tienes que triturar el tomate (añade los restos del interior del otro tomate ¡Aquí no se tira nada!) con el ajo, el aceite, el chorrito de vinagre si lo deseas y la sal. Bate hasta conseguir una crema homogénea, pasa por el chino para lograr una textura fina y lisa y guarda también en la nevera para que esté fresco a la hora de servirlo.

5. Llegado el momento de montar el plato; rellena el tomate con la pasta de ventresca, sirve el salmorejo en el fondo de la fuente de presentación, coloca el tomate con la abertura hacia abajo (como ves en la imagen), corona con una anchoa de Santoña —sirve el resto de 'compañeras' en un platito con pan cerca para regocijo de tus comensales, anda...jajaja— y disfruta como ensalada, entrante, aperitivo o incluso plato principal si a ti lo que te apasiona es el tomate.


¡Espero que te guste!

Fuente de la receta: Canal Cocina


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