Asturias, paraíso natural. Dónde y qué comer en Asturias


Asturias es un gran mar y montaña, un lugar donde siempre apetece perderse —o encontrarse, depende cómo lo veas— y donde siempre apetece regresar. Un bellísimo azul, un inmenso verde, bosques de cuento, innumerables y preciosas playas, aire limpio, cero prisas y mucho por disfrutar.
Imbatible en paisaje, Asturias es un compendio de lugares interesantes que debes recorrer.

Su belleza te dejará sin palabras en más de una ocasión. Oviedo, Gijón, Llanes, Cangas de Onís, Ribadesella, Lastres, Cabrales, Puerto de Vega, Cangas del Narcea etc. Desde la capital hasta el pueblín más pequeño, costa o interior, todo merece la pena. Lugares emblemáticos y rincones más escondidos, seguro que encuentras tu sitio preferido en el paraíso y fijo que lo disfrutas con un culín de sidra en una mano y un trocín de queso o un bollín 'preñao' en la otra.


Cata de quesos asturianos en el Parador Nacional de Cangas de Onís.


Pero mi obligación es hacer hincapié en que pruebes su gastronomía, en que te dejes atrapar por la impecable calidad de sus productos y la maestría con la que la legión de grandes cocineros que habitan esta tierra los tratan en sus cocinas —casi templos para muchos, entre los que me incluyo—.
Nacho y Esther Manzano en Casa Marcial (2* Michelín) y La Salgar (1*) o en su versión más desenfadada y divertida llamada Gloria (la encontrarás tanto en Oviedo como en Gijón). Una maravilla de hermanos que sin duda llevan la cocina en su ADN. Visitarles siempre resulta un gran acierto.
Luis Alberto Martinez Abascal de Casa Fermín, imprescindible cuando estés en Oviedo. Impecable elegancia en todos y cada uno de sus platos, te va a enamorar la armonía que presenta cada propuesta.
Pedro y Marcos Morán, de Casa Gerardo. O cuando cocinar se convierte en el maravilloso y sorprendente arte de conquistar al comensal. Todos deberíamos probarlo alguna vez para al final de nuestro camino poder decir que sí supimos disfrutar de las cosas buenas que nos ofreció la vida.
Diego Fernández de Restaurante Regueiro (Tox, Puerto de Vega), cocina tradicional repleta de toques únicos. Te encantará la sorprendente mezcla de vibrantes sabores y estupendas texturas. Me declaro absolutamente fan de este joven pero ya más que reconocido cocinero.
Pepe Ron en el Bar Blanco de Cangas del Narcea, fantástico. Tradición e innovación pueden ir de la mano, aquí verás un claro ejemplo. No puedes perdértelo, de verdad que te va a encantar.
Jaime Uz, chef propietario del Restaurante Arbidel en Ribadesella (1*). Uno de mis favoritos, acogedor y con una cocina que me apasiona. 100% recomendable también.

Fabada y su compango, sidra, cachopo, pixin, ostras del Eo, verdinas, arroz con pitu caleya, torto con picadillo, cebollas rellenas, pulpo de Puerto de Vega (primer pulpo del mundo acreditado con ecoetiqueta), andaricas, bollos 'preñaos' de chorizo, arroz con leche, casadielles, frixuelos, torrijas, un cafetín bien puesto o las mejores croquetas del mundo ¡Qué bueno todo! Y que conste que tan solo es un pequeño extracto de la lista de cosas que deberías probar sí o sí cuando visites Asturias.

¿Y para llevar de recuerdo? Productos con merecido reconocimiento y tan buenos que no puedes perderte por nada del mundo, ninguno de ellos merece quedarse al margen de tus planes. Además se convertirán en un estupendo regalo cuando regreses de tu viaje; Faba Asturiana, Queso DOP Cabrales, IGP Ternera Asturiana, Sidra de Asturias, Queso DOP Afuega´l Pitu, Queso Gamonéu, Chosco de Tineo IGP, Vinos DOP Cangas, Queso DOP Casín, Queso DOP Los Beyos.


¿Te apetece Asturias? ¡A mi siempre!

#AsturiasParaisoNatural #AlimentosdelParaiso

Ensalada cocha. Receta de ensalada templada de tomate y pimiento asado


Que las cosas buenas de la vida hace mucho que ya están descubiertas es algo que he aprendido de un tiempo a esta parte. Ahora soy capaz de entender que a veces nos empeñamos en descubrir y nos olvidamos de recordar.
Bueno, pues la receta que hoy os traigo se trata de eso, de recordar. De rescatar deliciosos tesoros de la gastronomía tradicional, bien sea de la nuestra o como en este caso de la de otras culturas o naciones.

Esta ensalada cocha o 'matbuja' (que significa 'cocinada'), plato de la cocina sefardí, es muy fácil de hacer y resulta una interesante opción para aprovechar los últimos coletazos del huerto. Esos tomates tan carnosos y fragantes que has cosechado, pero que ya están demasiado maduros para comer de otra forma, junto con unos pimientos rojos y/o verdes para asar que tan estupendos encuentras ahora, son el 'quid' de esta receta.

Resulta una delicia si lo sirves como guarnición de carnes o pescados, o si simplemente lo acompañas de una rebanada de (un buen) pan recién tostado ¿Te apetece probar? ¿Sí? ¡Pues venga, esto es lo que vas a necesitar?



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INGREDIENTES

· 3 ó 4 pimientos morrones (que sean bien grandotes)
· 4 ó 5 tomates maduros
· 4 ó 5 dientes de ajo
· 1 cucharadita (o más) de cominos 
· Aceite de oliva
· Sal al gusto
· Miel de brezo o unas gotas de vinagre de manzana (ambos ingredientes son totalmente opcionales)



ELABORACIÓN


1. Asa los pimientos como lo hagas tradicionalmente.Yo precaliento el horno a 180º, lavo los pimientos, embadurno cada uno con unas gotas de aceite de oliva virgen extra, añado una pizca de sal, coloco en una bandeja y llevo al horno durante aproximadamente una hora.
Una vez están listos, saco del horno, cubro con un trapo limpio y dejo que 'suden' y pierdan temperatura para que después me resulte más fácil pelarlos.

2. Una vez que tengas los pimientos pelados, córtalos en tiras —no demasiado finas, como de un dedo de grosor— y ponlos a escurrir en un colador durante una par de horas por lo menos para que suelten todo su jugo (este jugo no lo desperdicies, sería una pena, añádelo a algún guiso y verás que rico queda).

3. Lava, pela, despepita y trocea los tomates para comenzar a preparar el sofrito.
(o simplemente lávalos y trocéalos si lo vas a triturar después)

4. Pela y lamina los ajos, añade aceite a una sartén amplia y dora. Inmediatamente después, antes de que se quemen, incorpora los tomates troceados y sofríe unos minutos o hasta que veas que los trozos de tomate se deshacen.

5. Mientras se sofríe el tomate, pon una sartén pequeñita al fuego y tuesta ligeramente los cominos para que desprendan todos su aroma y enriquezcan la ensalada.

6. Añade los pimientos en tiras y los cominos al sofrito de tomate (que si no pelaste y despepitaste antes de cocinar habrás pasado por el pasapuré ahora), mezcla cuidadosamente, baja el fuego y cocina unos 45-50 minutos —o hasta que el caldo se consuma— a fuego muy suave.

7. Prueba el punto de sal, remata si quieres con un hilo de miel —la de brezo le va genial— o unas gotitas de vinagre de manzana, sirve acompañado con bien de pan (de uno que esté rico, insisto, esto es muy importante) y disfruta.



¡Espero que te guste!

Fuente de la receta: propia


'Overnight oats', avena en tarro para un desayuno saludable. ¿Qué es y cómo se prepara?


Levantarse y tener listo un saludable y delicioso desayuno ya es posible gracias a ideas tan sencillas como esta. Es muy fácil de hacer —tan solo elegir los ingredientes y mezclar— por lo que no te dará nada de pereza prepararlo la noche anterior, incluso me atrevería a decir que hasta te resultará divertido. A demás es una práctica opción si eres de los que siempre sale de casa pitando o según te levantas eres incapaz de probar bocado, si te decantas por los 'overnight oats' podrás transportar cómodamente tu desayuno y comerlo de camino al trabajo o más tarde cuando te apetezca en la oficina.
Pero bueno, vamos al lío, comencemos por el principio para que si quieres puedas hacerlo esta noche y probarlo mañana mismo.


Añadimos la leche y el yogur, tapamos, guardamos en la nevera unas 8 horas y listo para disfrutar.


¿Qué es eso de 'overnight oats'? 
Consiste en mezclar, dentro de un tarro o pequeña jarra de boca ancha y tapa durante toda la noche, copos de avena con un elemento líquido (leche vegetal preferiblemente, aunque también puedes usar leche desnatada de vaca) para que los copos lo absorban y se ablanden. Y rematarlo con diferentes ingredientes para conseguir una mezcla deliciosa y muy equilibrada.

¿Qué ingredientes básicos necesito?
Como ingredientes básicos necesitarás; copos de avena, leche vegetal (soja, arroz, almendra, espelta, avena etc) o leche desnatada de vaca y yogur de soja, vaca o cabra (o kefir si lo prefieres).

¿Qué más puedo añadir?
Frutas; plátano, manzana asada o cruda partida en pequeños dados, pera, mango, papaya, coco fresco o deshidratado, kiwi, frutos rojos, melocotón, higos etc. Depende de la temporada y de tus gustos.
Semillas; chía, lino, calabaza, girasol, sésamo etc.
Frutos secos; nueces, avellanas, almendras, cacahuetes garrapiñados etc.
Frutas deshidratadas; pasas de Corinto, albaricoque, ciruelas etc.
Polen o un poquito de jalea real
Endulzante; Miel, azúcar de caña, panela, sirope de ágave o edulcorante.
Especias o aromas naturales; Canela, clavo, cardamomo, anís estrellado e incluso una pizca de jengibre, semillas o extracto natural de vainilla, cacao puro desgrasado, ralladura de limón, naranja o mandarina etc.
Mantequilla de cacahuete, queda muy rico, podrás añadir un poquito sin demasiado remordimiento.

¿Cómo debo prepararlo?
Tienes 2 opciones, por supuesto muy sencillas ambas:

1ª opción. En el fondo del tarro que hayas elegido pon los copos de avena (unos 15 ó 20 gr por persona, unas tres cucharadas soperas), añade la leche (unos 150 o 180 ml) y un par de cucharadas de tu yogur favorito. Si vas a poner semillas de chía o lino deberás añadirlas en este momento (con media o una cucharadita de postre por persona será suficiente). Coloca la tapa del bote, agita con suavidad un par de veces y guarda en el frigorífico durante toda la noche o al menos entre 6 y 8 horas.
A la mañana siguiente destapa y sirve en el tarro o vierte en un cuenco (puedes poner más leche si está demasiado espeso y calentarlo ligeramente en el microondas o comerlo así si lo prefieres, a mi me encanta frío), añade el endulzante que más te guste y mezcla bien con la ayuda de una cuchara. Pon la fruta en rodajitas o partida en pequeños cubos, un puñadito de frutos secos (sin pasarte que te estoy viendo), la canela o vainilla (o las especias o el aroma natural que más te apetezca) y remata si lo deseas con una cucharadita de mantequilla de cacahuete (esto solo es válido para días festivos como tu cumpleaños o si prometes que vas a quemarlo dándote una 'pechada' a hacer ejercicio).

2ª opción. Pon todos los ingredientes en el tarro, mezcla con una cuchara si queda poco espacio o agita si está más 'holgado', tapa, deja reposar durante toda la noche y disfruta a la mañana siguiente.
Si sigues este método perderás parte de la textura crujiente de los frutos secos pero ganarás en comodidad. Tú decides en función de la prisa y/o nivel de vagancia.


Remata con crema de cacahuete, polen o sésamo garrapiñado, cacao puro, canela etc lo que tú prefieras ¡Viva la vida!


Poquito a poco puedes ir ampliando el repertorio de ingredientes, aquí la imaginación y las ganas de divertirse en la cocina juegan un papel fundamental. No pongas límites a tu creatividad y a partir de ahora siempre disfrutarás de mañanas sabrosas e inolvidables.

¡Espero que te resulte útil!



Baby kiwi, kiwiño o kiwi berrie, sabor y vitamina C


Te confieso que descubrí esta pequeña y dulce fruta (híbrido de kiwi, ciruela y piña) hace apenas unos días —vaya por delante que no vengo a hacerme la cuñada con el tema jajajajaja— y tras probarlo y sorprenderme con su agradable textura y sabor, decidí buscar algo de información.




El 'baby kiwi', 'kiwiño' o 'kiwi berrie' es el fruto de la Actinidia arguta, una planta trepadora que procede de Siberia y el norte de Japón. Familia directa de los kiwis, sus frutos son de pequeño tamaño —similares a una uva o una cereza—, su piel es fina y lisa —sin pelitos, por lo que que podemos consumirlo sin pelar— y su textura y sabor son casi exactos a los de su hermano mayor el kiwi.

¿A qué sabe? A kiwi, aunque su sabor es tal vez un poquito menos ácido, más dulzón. Muy rico, merece la pena.
¿Dónde lo he comprado? Yo lo he encontrado en Lidl, de momento por aquí no lo he visto en más sitios, pero estoy segura que si vives en una ciudad más grande que la mía lo encontrarás sin complicaciones.
¿Qué precio tiene? Pues mira, barato no es, la verdad. Este formato que te muestro son pequeñas bandejas de 125 gr y cuestan 1.99€.




Conclusión, me parece un producto ideal para consumirlo como (saludable) 'snack' por su pequeño tamaño —de bocado— y muy chulo para decorar postres e incluso para usarlo en coctelería.
Por supuesto, el kiwiño o baby kiwi, también queda delicioso en ensaladas y otro tipo de platos salados. Aportando una considerable cantidad de vitamina C, sabor, un punto de frescor fantástico y mucho color a nuestros platos.





¡Espero que te haya resultado útil!

Ensalada de pepino 'umami'


Esta ensalada de pepino 'umami' llega repleta de contrastes, capas de sabor y texturas que se complementan de manera formidable, resulta riquísima y diferente. Ligera, refrescante y por encima de todo sabrosa, enseguida apreciarás la presencia de umami —el quinto sabor, ya sabes—.
Tomate natural, tomate deshidratado, salsa de soja etc. umami a raudales.
Te recomiendo esta ensalada si lo que buscas es algo sencillo pero sorprendente para el día a día o una receta con un punto exótico pero que puedas hacer con ingredientes fáciles de encontrar o que ya estén directamente en tu despensa.



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INGREDIENTES (para 4 personas)

· 1 pepino
· 1 zanahoria
· 1/2 cebolla roja
· 1/2 tomate
· 5 tomates secos en aceite de oliva
· Piñones

- Vinagreta:
· 1 cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra
· 2 cucharas soperas de vinagre de Jerez
· 1 cucharadita de salsa de soja
· 1 cucharadita de aceite de sésamo
· Unas gotas de zumo de lima
· Pimienta negra recién molida
· Orégano
· Sal


ELABORACIÓN


1. Lava, pela y parte finamente la cebolla. Pon durante unos 20 minutos en un cuenco con abundante agua y hielo para que pierda 'potencia' y conseguir suavizar su sabor pero que se mantenga crujiente. Reserva.

2. Lava y espiraliza el pepino (o trocea de la forma que prefieras, eso sí, mejor si lo haces finamente).  Deja reposar en un colador durante unos minutos para que pierda parte de su agua de vegetación. Escúrrelo, apretando ligeramente con tus manos, y pon en un cuenco amplio porque es donde irás mezclando con el resto de ingredientes.

3. Lava, pela y ralla con un rallador grueso la zanahoria. Incorpora al cuenco junto con el pepino.

4. Añade al cuenco también el tomate fresco y el seco en aceite de oliva, ambos tipos troceados en dados.

5. Pon los ingredientes de la vinagreta en un bote con tapa y agita enérgicamente hasta conseguir una emulsión. Las ensaladas siempre 'agradecerán' que te tomes la pequeña molestia de emulsionar el aliño, verás como notas la diferencia.

6. Saca la cebolla del agua, escurre bien e incorpora al cuenco junto con el resto de ingredientes.

7. Aliña con la vinagreta y mezcla con las manos bien limpias o la ayuda de un par de tenedores.
Reserva unos minutos para que repose —si quieres dejarlo en la nevera mejor que mejor— y maceren un poco los ingredientes.

8. Tuesta ligeramente los piñones en una sartén, con mucho cuidado ya que se queman con demasiada facilidad.

9. Sirve la ensalada en platos individuales, remata cada ración con unos poquito piñones, lleva a la mesa y disfruta.



¡Espero que te guste!

Fuente de la receta; propia