El Salón del Jamón Ibérico que año tras año se celebra en Jerez de los Caballeros (Badajoz) ha logrado conquistarme de manera irremediable. Es mi segunda visita, y si la impresión que me causó el año pasado fue excelente la de este año resultará inolvidable.
La agenda que habían preparado para nosotros durante los tres días que hemos estado allí (8, 9 y 10 de mayo) era variada pero lógicamente se centraba en el conocimiento del producto estrella de Jerez, el jamón ibérico. Por lo que como eje central destacaban tres puntos;
1º La visita a un secadero de jamón y embutidos ibéricos donde nos explicaron el proceso de elaboración y curación de sus productos.
2º El curso de cata de jamón ibérico.
3º El paseo y posterior comida en la dehesa (que para esta que lo escribe, ya saben Ustedes que residente en el norte, ha sido el momento estelar de este viaje por tierra extremeña ¡Una comida muy especial y divertida!)
Aunque por supuesto no todo iba a ser jamón y embutidos ibéricos en Jerez de los Caballeros. También hemos paseado la Villa, descubriendo rincones tan llenos de encanto como cargados de historia, y conocido jerezanos estupendos que nos han acogido como solo sabe hacerlo la buena gente.
Como puedo elegir de qué forma contaros este viaje lo haré a mi manera, alejándome de formalismos, de datos técnicos sobre el jamón y su proceso de elaboración y de todas las actividades para profesionales que en el Salón del Jamón Ibérico ofrecen a sus visitantes (os lo explicarán en su web mucho mejor que yo)
Me centraré en algo sencillo y cotidiano pero mucho más importante para mi, cómo y cuánto se puede disfrutar en el Salón del Jamón Ibérico de Jerez de los Caballeros, sobre todo si vas en familia.
Voy a compartir con vosotros mi visión de este bonito pueblo, los detalles que me impulsan a querer volver para pasear sus calles y disfrutar su fiesta. Aquello que en el futuro, cuando en casa planifiquemos una escapada gastronómica, hará que el Salón del Jamón Ibérico aparezca como claro destino y busquemos cruzar cuanto antes esta portada que preside el Salón del Jamón Ibérico en Jerez de los Caballeros.
Visitar el recinto ferial es una gozada, el buen ambiente reinante llamó mi atención enseguida. Pasear por los stand no resulta para nada agobiante, todo lo contrario, que te reciban con cerveza o rebujito y jamón ibérico recién cortado es la tónica general cuando te acercas a cualquiera de ellos.
Las familias reunidas disfrutando de un día de campo y feria, y yo muerta de envidia, quería tener cerca a los míos y meterme en harina (o en feria, mejor dicho) como el resto.
Comprar un jamón y que el más diestro de casa le afinase hasta que, como sucedía con todos los allí presentes, saliera a relucir el hueso.
Los miembros de una familia majísima me contaban que habían llegado "pertrechados de barras de pan" y que tan solo les quedaba elegir el jamón, comprarle y "darle candela" (jamón que por lo visto hasta trae regalo; jamonero, cuchillo y delantal ¡Ole!)
Mi envidia iba en aumento.
Gente de todas las edades, espacio para todos, chicos y grandes, orden y concierto.
De verdad, muy buen ambiente.
Pandillas de amigos disfrutando, con su jamón, su jamonero, su cuchillo y hasta el delantal puesto el amigo maestro cortador de jamón improvisado.
A estas alturas mi envidia ya no daba más de si. Decidido ¡El año que viene me vengo! (del "venir" y del "vengarse", en ese momento conjugaba ambos)
Bares que antes eran ermitas. Muchos rincones y curiosidades, bonitas tradiciones que vuestros guías templarios podrán contaros.
Difícil olvidarse de Jerez, su perfil, sus cuatro majestuosas torres (San Bartolomé, San Miguel, Santa María y Santa Catalina), su recinto amurallado, alcazaba y Torre del homenaje o Torre sangrienta que a través de los siglos continua alimentando leyendas de Caballeros Templarios cuyos espíritus vagan por la fortaleza.
Palacios señoriales, blasones, escudos de armas, historias de caballeros y militares, linajes, familias ilustres e ilustres jerezanos como Vasco Núñez de Balboa (de cuya pila bautismal en la Iglesia de San Bartolomé nos cuentan con orgullo)
Ese sol, ese cielo azul, esas blancas calles de fachadas encaladas, esa luz, esa agradable sensación de paz, esa temperatura y esa brisa que es una delicia, ese bollo turco de la Pastelería Canela, esa bebida fresca que tan a gusto te tomas en cualquier terraza, esos espárragos trigueros, esos gurumelos. esas castañetas o ese guarrito frito, ese etc...
De Jerez de los Caballeros, como de sus cerdos ibéricos, hasta los andares jajajaja.
He disfrutado, sí, volveré, sí.
Sentirme jerezana, aunque solo sea un fin de semana al año, me gusta ¿Y a quién no con estas postales?
Enlaces de interés:
Salón del Jamón Ibérico
Temple Tour, Jerez de los Caballeros
Ayuntamiento de Jerez de los Caballeros
#SJamon15
3 comentarios:
Hola Silvia, veo que eres muy aplicada y ya lo has publicado, qué bien nos lo pasamos, y qué bueno estaba el jamón, el rebujito, el bollo....todo.
A ver si puedo dejarlo publicado esta semana.
besos.
¡Gracias por visitarme, Carmen!
Sí, la verdad es que lo pasamos estupendamente. Yo el año que viene no me lo pienso perder, eso sí, esta vez me llevo a toda la familia. Que lo bueno siempre hay que compartirlo jajaja.
Un besooo muy fuerte y una alegría muy grande haberte conocido personalmente.
Silvia, qué bien lo has contado todo. Se nota que eres del norte y este tipo de ferias no se ven por allí!. ;) Un año tienes que venir a mi pueblo. No hay Salón del Jamón, pero las casetas y el ambiente es parecido.
Ya estoy convenciendo a mis amigos para que uno de esos fines de semana rurales que pasamos al año, vayamos a Jerez de los Caballeros... o a Santander :) aunque para eso necesitaríamos más de dos días, ya que alguno de ellos vive en Cádiz.
Me encanta Jerez de los Caballeros. Es de los pueblos más bonitos que he visto y coincido contigo en que este año ha sido estupendo.
Y volver, volver, volver..ya lo dice la canción!
Un abrazo muy fuerte.
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