Es probable que en casa siempre prepares los huevos rellenos de la misma forma, con una base de mayonesa y atún y remates con la clásica lluvia de yema rallada. También es probable que relaciones este plato a la más tierna infancia y siempre enmarcado dentro de la época más calurosa del año, el verano. Bueno, pues ya va siendo hora de que cambies el chip ¿No crees?
Para ello hoy me he propuesto darte ideas que ayudarán a que comer huevos rellenos vuelva a parecerte tan delicioso plan como cuando tenias 6 años y tu madre los llevaba en un Tupper a la playa o al campo.
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Hay infinitas posibilidades tanto para el relleno como para la presentación. Diferentes ingredientes para un mismo resultado, un sencillo pero delicioso bocado.
Comencemos por algo obvio pero no por ello menos importante, elegir unos huevos frescos y de calidad. Si son de 'gallinas felices' por supuesto mejor que mejor, sin duda.
La importancia de la base del relleno ¿Y esto qué significa? Pues muy sencillo, decide si prefieres mayonesa, lactonesa, salsa rosa, tártara, César, hummus, queso fresco batido (para una versión ligera) o crema de aguacate (esta última muy fácil de hacer, tan solo debes chafar la pulpa de un aguacate maduro con una yema cocida, un poco de mayonesa, unas gotas de limón, alguna de tu mezcla de especias favorita, un poquito de sal y pimienta negra) si vas a servir en frío. O bien bechamel o salsa de tomate si tu idea es tomar los huevos como plato caliente.
Atrévete a dar un poquito de lado al atún (es maravilloso, lo sé, a mi me encanta pero en esta receta ya está más visto que el tebeo y hemos quedado en que íbamos a darle otro aire a estos huevos), utiliza; pollo asado o cocinado a la plancha, champiñones portobello (tan finamente troceados que puedas utilizarlos en crudo), dados de manzana o mango con queso azul, espinacas (crudas si eliges salsa en frío o cocidas y escurridas si optas por usar bechamel de base), rúcula (lo mismo que con las hojas de espinacas), carne picada con especias 'tex mex', arroz basmati cocido, salmón, trucha o bacalao ahumados, carne de cangrejo, maíz dulce, apio cortado finamente, hinojo o rábanos, algún encurtido (las alcaparras, aceitunas o pepinillos aquí funcionan de vicio) etc.
Una vez hayas elegido los ingredientes trocea y mezcla en un cuenco —ayudándote con un tenedor para machacarlo y que los ingredientes se integren sin problema— con parte de las yemas cocidas y el ingrediente base que hayas decidido o pon en un procesador o batidora y tritura hasta conseguir una crema más lisa y homogénea —que después meterás en una manga pastelera para rellenar con ella—.
Entre todos todos los ingredientes que te describo arriba tienes combinaciones imbatibles en sabor. Ahora tan solo te queda elegir la decoración y si sustituyes el huevo rallado por trocitos de frutos secos (prueba con anacardos, nueces o pistachos), semillas de girasol o calabaza tostadas, granos de granada (un toque fresco y 'crunch' que me encanta), cebolla frita crujiente (de la de los perritos de Ikea, sí jajajaja) o lo que a ti se te ocurra.
Espolvorea una pizca de pimentón de la Vera (dulce o picante, según los gustos de tu público), o curry si has usado pollo y manzana, o comino si llevan la carne picada tex-mex, o cardamomo o nuez moscada para la bechamel, o pimienta de Jamaica o garam masala o...¡Lo que tu prefieras!
Sirve fríos —no te dé corte meterlos un rato a la nevera antes de llevarlos a la mesa— o gratina unos minutos en caso de te hayas decantado por la cremosa y siempre exitosa bechamel.
En definitiva, innova, crea y disfruta, pero sin olvidar que si mezclas atún con salsa de tomate y mayonesa, estarás preparando —otra vez— unos fabulosos —y clásicos— 'Mimosa' sin apenas darte cuenta.
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